Llevamos un mes y medio del inicio de la erupción y las cosas siguen normalizándose de a poco, en especial luego de una nevada que trajo tranquilidad a los que trabajan directa o indirectamente de la nieve. También la nieve nos cambia un poco el tono del ambiente, de pasar del continuo gris al blanco que estamos más acostumbrados. Además aplaca el polvo y esto es un verdadero alivio.
Hoy que estamos bajo una tormenta de lluvia cuyas nubes cubren y esconden la pluma de cenizas, paso a comentar tres noticias que encontré en el diario Río Negro.
La primera: Extienden hasta agosto la suspensión de vuelos
Bien, de a poco nos vamos sincerando pese a que la posición oficial siga siendo que el aeropuerto estará operativo en breve y que la culpa será de las aerolíneas que no quieren trabajar. Lo único que temo, por las declaraciones del director de Aerolíneas Argentinas, es que por política manden un avión con grandes anuncios y éste se dañe en el vuelo. Ya no hay densidad de ceniza suficiente como para provocar una caída de un avión, pero sí para que los motores queden dañados y provoquen más gastos para la Nación. Una aerolínea privada no va a correr el riesgo, pero una aerolínea con el soporte financiero de la ANSES puede cometer los riesgos que quiera, total el pato no lo paga el que dio la orden sino que se diluye entre todo el país.
La segunda: Se dieron por enterados ayer de los fardos malos
Por fin salen a la luz lo que venía escuchando en rumores. A la Línea Sur enviaron fardos de cualquier cosa. Desde algunos con ramas y hojas hasta otros con material putrefacto por ser armados con el material demasiado húmedo. Es un claro ejemplo de cómo funciona esta provincia, que compra sin controlar. Además, creo yo, que también habla de cómo es la gente, como cuando haciendo pedido de alimentos no perecederos dijeron «no importa la marca de lo que lleven, si a la gente le da igual» (sic).
Por último, una buena noticia: Bariloche regula el manejo de aceites vegetales usados
Esto está a tono con lo que publiqué hace ya unos cuantos años. A mi entender debieron promulgar esta ordenanza hace tiempo, pero mejor ahora que tener que esperar más. Si bien la ordenanza no especifica quién será el destinatario del biodiesel generado (por mi se lo daría al transporte público, a la recolección de residuos o a los bomberos), es una buena noticia porque es algo menos que hay que procesar en la planta depuradora y es un paso más en la propuesta de Basura Cero que se impulsa desde varias ONGs.
Hoy estuvo alternando entre lluvia y momentos de Sol, sin cenizas a la vista. Pero sí estaban ahí. A la tarde, después de almorzar, me di una vuelta por la playa del Ñireco y ahí estaba la pluma, sobre nosotros. También se venía una tormenta desde el Oeste. Puse la cámara y saqué algunas secuencias para timelapse hasta que empezaron a caer gotas de lluvia. En cuestión de media hora la pluma giró hacia el Norte y desde el Oeste llegó una nube compacta que barrió con todo. El resto de la tarde llovió y para la noche se despejó de nuevo. El habitual clima barilochense, una vez más entre nosotros.
Hoy la pluma cruzó hacia el sur pasando sobre la ciudad, lo que nos dejó inmersos en una bruma gris que parecía niebla pero que era de fino polvo. En un momento en que una hija de Mariana tosía comenté que era una niebla seca y me di cuenta de que es la mejor descripción de lo que es esta fase de ceniza. Porque el polvo ya no cae como hace unas semanas, que se lo veía caer y que si uno ponía la palma de la mano hacia arriba veía cómo se acumulaba de a poco. No, ahora es una niebla mas bien tenue pero continua de polvo impalpable pero que seca la garganta y hace arder los ojos después de un rato. Lo único interesante de esta niebla es que es un poderoso filtro para la luz Solar y que por momento se puede ver el disco solar como si fuera una Luna llena entre las nubes.
Como la idea hoy era salir a pasear, nuevamente pusimos rumbo sur tal como hicimos hace unas semanas. Pero a diferencia de la otra vez que nos quedamos en el Gutierrez, hoy nos metimos de lleno en la pluma así que fuimos hasta el lago Mascardi donde ya el aire estaba limpio de de nuevo. En unos 30 kilómetos atravesamos la pluma en diagonal, lo que indica que la erupción está mucho más reducida que hace unas semanas. En el Mascardi pudimos disfrutar de las últimas horas de la tarde tomando unos mates en un ambiente de aire limpio.
