Hoy se cumplen 100 días de la erupción y la pluma sigue estando aunque no la veamos por las nubes de lluvia. Hoy fuimos de nuevo a Villa La Angostura, esta vez en calidad de visita familiar y no tanto como la expedición fotográfica de la otra vez. Hoy pudimos prestarle más atención a algunas cosas y que confirmaron algunas cuestiones que nos habían comentado.
La primera es que pareciera que Villa La Angostura está virtualmente paralizada. Fuimos hace exactamente 50 días y por lo tanto ya transcurrió el doble de tiempo. Y no parece haber cambiando mucho el panorama. Todavía hay muchísimos edificios con arena en el techo, no he visto jardines limpios, ni siquiera al que le hayan sacado algo de arena. Apenas las calles y algunas veredas están sin arena, el resto sigue prácticamente sin tocar. No se ve gente limpiando y el movimiento es mínimo.
Claro que por un lado emigró el 30% de la población y la cantidad de arena caída triplica lo que cayó en Bariloche, pero el pueblo parece catatónico. Haciendo un poco de memoria, la otra vez a los únicos que vi paleando arena fue al Ejército. Se que no tienen dónde apilar la arena que juntan. El pueblo no tiene canteras y están rodeados por los bosques y lagos del Parque Nacional Nahuel Huapi. Se aferraron a la idea de arrojar la arena al lago Nahuel Huapi, descartada de plano por todos los expertos consultados. El Parque les ofreció una enorme cantera unos 50 Km al este, sobre la ruta 231, pero parece que el gobierno de La Angostura no quiere desplazar tanto los camiones.
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Mientras tanto en el pueblo el panorama es gris porque no han levantado la arena sobre el pasto. Es notable cómo cambia el panorama cuando asoma el pasto verde, pero en La Angostura no ha ocurrido. En la casa donde estuve de visita lo que era el jardín está no está ni pisado. Al preguntar qué pensaban hacer con el pasto la respuesta fue «se cubrirá con tierra negra y se plantará de nuevo». Y esa es la sensación que da Villa La Angostura, por un lado parece que pretenden que otro les saque la arena del pueblo y por el otro lado esperan tapar lo ocurrido. Mientras tanto el tiempo pasa y el pueblo se convierte cada vez más en un lugar fantasma.
Si bien creo que da para un post aparte, me parece que el mayor problema de la Villa es la veloz inmigración que habían tenido en los últimos 20 años, con gente que consideró a La Angostura como un bonito barrio privado pero sin ningún tipo de atadura y que ante el menor problema huyó sin preguntar cómo estaban los que se quedaban. Hay muchísimos caserones que no han sido tocados porque sus dueños, que no viven ahí, ni siquiera han ordenado limpiarlos. Hay seguramente un núcleo de la población, los habitantes NyC y los que eligieron mudarse pese a todo, que serán los que saquen adelante al pueblo. El resto esperemos que no vuelvan, así no contaminan ese pedazo de paraíso ocasionalmente vulcanizado.