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Etiqueta: volcan Puyehue

Erupción del volcán Puyehue – Octavo día

Erupción del volcán Puyehue – Octavo día

Hoy amaneció despejado en Bariloche, con una nube cerrada sobre la costa Norte del Nahuel Huapi. Un descanso de los últimos días:


El día permitió poder distinguir la piedra pómez flotando en el lago. Esa línea celeste que corre por el agua (en azul) es la piedra pómez caída en los lagos Espejo y Correntoso y en los brazos Rincón y ültima Esperanza del Nahuel Huapi. Es transportada por el viento en una larga lengua que en Bariloche vemos llegando como islotes hasta que llegan a la costa. Después bordean la costa y se termina yendo por el río Limay. Ante este panorama decidimos ir hasta Villa Llanquin, para ver cómo estaba ese lugar, sabiendo que iba a estar aun cubierto de fino polvo caído por la última semana:

Pero para cuando salimos, un par de horas más tarde que las primeras fotos, ya estaba algo más nublado. Resultó que la pluma se dirigió al sur y nosotros fuimos directamente para el norte, metiéndonos de lleno en la nube. Pero no fue para nada grave. La ruta se puede transitar y con una velocidad entre 60 y 80 Km/h el parabrisas se mantenía limpio con el solo viento del movimiento. Interesante, pero poco recomendable.

Erupción del volcán Puyehue – Séptimo día

Erupción del volcán Puyehue – Séptimo día

Esta mañana caía el diluvio, una tormenta de agua pronosticada desde hacía una semana que no se vio influenciada por la erupción volcánica. Donde sí influenció fue en la superficie, ya que la arena caída, ya mojada, directamente se convirtió en un problema, aunque no en una sorpresa. Las alcantarillas se taparon, como era previsible, y las calles se convirtieron en lagunas y arroyos. En muchos lugares se depositaba la arena que era arrastrada desde otros lugares, en una espectacular aunque incómoda lección de hidrografía.

La pluma «desaparece» dentro de la tormenta de agua (nubes en celeste).

En cuanto a lo pasado esta mañana, llevamos a las hijas de Mariana a la escuela 16 y resultó que la escuela estaba inundada en muchas aulas, caían terribles goteras en los pasillos y en el gimnasio se habían caído paneles que parecían de poliuretano expandido pero que en realidad eran de yeso. Un pequeño caos comparado con otras escuelas más nuevas donde el agua hizo caer casi todo el cielo raso y donde la imagen recordaba más a los efectos de un terremoto que de simple negligencia. De pronto hoy todos pensamos en Cesar Barbeito, actual Ministro de Educación de Río Negro y candidato a Gobernador. Hace dos días había afirmado, sonrisa falsa mediante, que estaba todo listo para que reabrieran las escuelas. Lo hicieron ayer y hoy ya no funcionaba ninguna. Un aplauso de pie, si entiende el sarcasmo.

Más tarde pasé por la sucursal de calle Moreno del banco Patagonia y me encontré con un panorama interesante. En un edificio que tiene menos de 10 años, resultó que se filtró agua del techo, mojó el cielorraso del techo y en medio del salón cayó un panel y otros seis estaban mojados y combados cuando fui. Hacían entrar a los clientes en grupos chicos que hacían fila contra las paredes, lo que provocó más de un disgusto. Lo más divertido de la situación era que quienes más se quejaban eran los últimos en llegar. Sin embargo el banco nunca dejó de funcionar y todos pudimos realizar nuestros trámites sin mayores inconvenientes. Igual me quedó una sensación de qué tan seguras son las construcciones en Bariloche si ni siquiera se puede confiar en un edificio construido recientemente. Si se hubiera tenido que evacuar gente, ¿a dónde las habrían llevado?

El color crema entre Bariloche y Trelew es la ceniza caída, que cubre el suelo de manera uniforme a lo largo de 450 kilómetros.

Por último las ayudas de Nación son un pésimo chiste de mal gusto. En Pilcaniyeu entregaron 70 barbijos. ¿Sabe cuántas personas viven ahí? Solo en el pueblo, más de 600. Y Pilcaniyeu, como cualquier pueblo de la estepa, quedará condenada a meses y meses de voladuras de ceniza cada vez que sople el viento, o sea casi siempre. Un barbijo con suerte se puede usar dos días. En un pueblo como Pilcaniyeu deberían de haber repartido 100 para cada persona. Y, por supuesto, ni una mención a los pobladores rurales, que en su conjunto suman muchísimos más pero en un territorio enorme al que solo se puede llegar con vehículos preparados o a caballo. Son la gente que más sufre un evento como éste y a los que menos ayuda llega. Tal vez se hayan enterado por Radio Nacional lo que ocurrió, pero saben con total resignación que la ayuda tal vez nunca les llegue y pondrán el hombro y la pala para salir adelante, tal como lo han hecho tantas veces en los últimos años, sea por la nieve o las cenizas.

Erupción del volcán Puyehue – Sexto día

Erupción del volcán Puyehue – Sexto día

Hoy amaneció más o menos como ayer: viento, lluvia intermitente, mucha ceniza volando, olas en el lago, piedra pómez en las playas, etc. También se retomaron las clases y la actividad estatal y bancaria, así que me tocó ir a trabajar para empezar a ser algo más útil que solo postear fotos. El volcán se está calmando y eso se percibe en las imágenes satelitales donde la pluma es cada vez más tenue.

Y es esta recuperación de la normalidad en donde podemos levantar la cabeza y ver que la Línea Sur la está pasando mal otra vez. Es, seguramente, una de las zonas de la Argentina más duramente castigadas por estos eventos. Es donde se registran las menores temperaturas del país, donde una nevada aisla pueblos y mata animales, y donde han quedado cubiertos por ceniza por segunda vez en tres años. La erupción del Chaitén afectó la zona de Esquel a Jacobacci y la del Puyehue afectó de Bariloche a Jacobacci, además de todo el sur de la provincia del Neuquén. Las ayudas para la zona de Jacobacci se demoran en llegar porque los caminos, todos de tierra, están cubiertos por una capa de polvo abrasivo de 10 centímetros y esto dificulta el tránsito de los camiones. El primero que iba con ayuda se fundió al llegar por el esfuerzo que hizo. Esto me hizo pensar en algo que no contemplé el otro día:

Logistica: Argentina desde el regreso de la democracia en 1983 ha ido relegando el papel de las fuerzas armadas a distintas tareas humanitarias alrededor del mundo, aportando poco fronteras adentro. Pero desde 2003 la política oficial ha sido directamente la de reducir a las fuerzas armadas a un mero valor simbólico cuya mayor actividad es desfilar en las fechas patrias. En la teoría es muy lindo, pero en la práctica el ejército tiene una utilidad que no fue reemplazada por ningún organismo civil: la actuación en catástrofes. Los vehículos militares, en especial los camiones, están diseñados y construidos para transitar en condiciones de combate en cualquier clima del mundo. En una situación como la de la Línea Sur poder disponer de camiones militares evitaría muchísimos contratiempos. Hay almacenados alimentos y forrajes que no pueden distribuir por la falta de vehículos apropiados. Y no solo con camiones, hoy por hoy Argentina no cuenta con helicópteros para poder evacuar y transportar cargas pesadas, tal como sí tienen nuestros países vecinos donde pueden encarar una evacuación de emergencia a gran escala. El problema de logística en situaciones de emergencias como ésta, es simplemente deplorable.

Crisis económica: el cierre del aeropuerto es por tiempo indeterminado, por más que públicamente digan que se verá en la marcha. Por el Chaitén el aeropuerto de Esquel estuvo cerrado por seis meses y no es irreal pensar que acá podría pasar lo mismo. Es posible que Aerolíneas Argentinas sea el primero en retomar las rutas porque si todavía queda ceniza en suspensión y se dañan los motores, al final lo pagaremos entre todos. Las empresas privadas, principalmente LAN y TAM, no volarán hasta tener todas las garantías de cielo limpio. LAN casi pierde un avión hace tres años porque no le advirtieron que el cielo a Bariloche estaba cubierto por una fina capa de ceniza. Si bien por ahora no se habla abiertamente, muchos consideran que por esta razón en este invierno habrá una no-temporada. Claro que una vez despejados los caminos y asentado el polvo los turistas vendrán a Bariloche, Villa La Angostura y San Martín de los Andes, en la realidad ésto será solo un paliativo. El turismo que más dinero deja viaja en avión, y sin aviones estos pasajeros no vendrán. Tampoco esperarán a que mejoren las condiciones sino que optarán por otros destinos. Esta caída en la actividad ya se siente en la caída de reservas, en agencias de turismo que no abren y en muchas empresas que no están llamando a los empleados temporales. Los próximos meses serán muy duros económicamente para nuestras ciudades.

Y para rematarla con la mala onda, hoy en la versión impresa del diario El Cordillerano, en la página 6 leo este bocado:
«La presidente, Cristina Fernández, minimizó los efectos de las cenizas en el sur por el volcán Puyehue porque lo ocurrido con el Hudson en 1991 en Santa Cruz «fue mucho más grave». «Yo les pido a todos, sé que es molesto, sé que trae temor y más que nada es psicológico todo lo que sucede», dijo.»

Disculpen, pero más idiota no puede ser. Nunca hay que minimizar así el sufrimiento de otro, porque siempre vamos a encontrar algo que esté aun peor. Además esta erupción afectó de manera directa a unas 200 mil personas, muchas más que en Santa Cruz en 1991, y ocasionará un perjuicio económico directo e indirecto a casi todas esas 200 mil personas. ¿Y es psicológico? ¿Por qué no viene y palea un poco de arena y polvo a ver si es psicológico?

Y al lado del bocado, éste otro:
«El viceministro de Desarrollo Social, Sergio Berni, y el senador Miguel Pichetto transmitieron ayer en Bariloche el respaldo del Gobierno nacional ante la emergencia del volcán chileno, y llevaron un subsidio por un millón de pesos para Bariloche y otro de 10 millones para la zona rural de Río Negro.»

¿Once millones de pesos? ¡LPMQLP! Para evitar que la General Motors deje a mil obreros en la calle el Estado Nacional le dio un subsidio por 70 millones de dólares. Acá estamos hablando de decenas de miles de personas que perderán su trabajo, sus animales y/o su hogar. ¿Y entregan solo 11 millones de pesos? Es la misma cantidad de dinero que consumió Fútbol Para Todos el último fin de semana. O es también el dinero que ahorró Aerolíneas por no volar estos dos últimos días, ya que se lleva más de un millón de dólares diarios de subsidios. En lo personal, me parece indignante.

Bueno, para los que sufrieron leyendo hasta acá, les dejo algunas fotos que saqué hoy:

Erupción del volcán Puyehue – Quinto día

Erupción del volcán Puyehue – Quinto día

A diferencia de ayer, hoy no llovió y entonces se presentó el segundo «peor escenario posible». El fino polvo caído la otra noche se secó y elevó por el viento, cubriendo todo con una bruma abrasiva. Es lo que se vivió tras la erupción del Chaiten y lo que se todavía se sufre en Santa Cruz después de la erupción del Hudson en 1991. Y es, en cierta forma, la peor parte de la caída de cenizas porque es un escenario molesto que prosigue mucho tiempo después de que el volcán retoma la calma. Al menos estamos en el inicio del invierno y las lluvias y nevadas aplacarán un poco las voladas hasta la primavera, aun a costa de tener otros trastornos pero más manejables.

A esto se sumaron los problemas de agua. Si la electricidad es un tema crucial por la fragilidad del sistema, el agua es simplemente crítico. Bariloche se abastece de agua de tres formas: lagos (Nahuel Huapi, Moreno y Gutiérrez), ríos (Ñireco, Casa de Piedra y Goye) y pozos. Ayer los cortes eléctricos afectaron el bombeo desde los lagos y desde el Ñireco, mientras que la ceniza acumulada afecta a los arroyos y pozos. Por fortuna la ceniza caída no es tóxima, por lo que el problema no pasa de la turbidez del agua y de la abrasión de las bombas. Pero es un problema y en muchas zonas de la ciudad directamente no hay agua, algo que puede que se resuelva desde unos pocos días hasta dentro de varias semanas.

Pero sin dudas la novedad hoy fue la ancha franja de piedra pómez que se juntó en la costa del Nahuel Huapi, principalmente en la costa del Ñireco, frente a la planta depuradora e, imagino, en la playa del Ñirihuau. Con un fuerte oleaje y viento que juntó muchísima piedra, el panorama era sorprendente. Olas de dos metros en agua esmeralda que rompían en espuma que se volaba al viento de pronto se convertían en suaves ondas de arena que rompían y volcaban como si se derrumbara una duna. Fue en ese momento que deseé tener una cámara HD, porque en las fotos apenas se nota esa sensación de toneladas de tierra que se te vienen encima en ondas de dos metros de alto.

Si bien hoy fue el día sorpresa, imagino que esta piedra demorará varios días en asentarse o acumularse en la playa, así que veré la forma de conseguir alguna filmación más de las docenas que se hicieron hoy. Solo para decir que tengo la mía. 🙂