Hoy el viento se hizo presente y levantó ceniza en muchos lugares. En la ciudad todavía estaba húmedo por la lluvia, pero al otro lado del lago (y desde ahí por casi todo Neuquén) se veía cómo se levantaba polvo y la nube se iba haciendo cada vez más densa hacia el Este. En las imágenes satelitales se desdibuja el paisaje en los alrededores de Zapala.
Ayer llovió y limpió el aire con lo que hoy pudimos respirar tranquilos. La pluma apenas se ve en las imágenes satelitales y es bastante tenue (se ve en la imagen de la mañana como algo borroso entre el Calbuco y el Osorno). Puede estar así por meses pero tal vez no resulte tan molesta, al menos desde este lado de la cordillera.
En la imagen de la tarde se ve sobre el centro de la provincia de Neuquén una nube borrosa de color marrón. Es ceniza levantada por el viento, por lo que en esa zona el alivio no llegó ni siquiera por un rato. Es una situación similar a la vivida en el centro-sur de Río Negro desde hace 4 años, donde cada vez que sopla viento se levanta ceniza en molestas tormentas de polvo. De a poco se irá volando, pero no será algo rápido.
Hoy llegó una tormenta de lluvia que limpió el aire y lavó un poco la ceniza de los árboles. No saqué fotos porque estaba nublado y húmedo y no había mucho para ver. En las imágenes satelitales tampoco se ve la pluma que, según SERNAGEOMIN, alcanzaba hoy una altura de 1 Km, menos que ayer pero más que anteayer. O sea que está en declive pero todavía molestando.
Bien, tardó una semana pero al fin llegó el esperado Tercer Pulso Eruptivo, una liberación de energía que los geólogos sabían que estaba dando vueltas por las entrañas del volcán. Habían estimado que sería por la mañana del jueves 23. No sucedió, pero desde entonces había estado saliendo una pluma bastante débil pero que sin embargo iba liberando energía. Hoy a las 13, una semana y siete horas después de lo esperado, la montañana vibró y explotó de nuevo. Bah, nunca había dejado de emitir ceniza, solo que ahora iba más fuerte.
La columna alcanzó los 3 kilómetros de altura y rápidamente descendió hasta los 2 Km. Los pulsos anteriores habían estado entre los 10 y 15 Km, por lo que la diferencia de magnitud fue importante. Y esta vez, como no había ocurrido hace una semana, la pluma tomó la dirección Sudeste que toman casi todas las plumas volcánicas.
Al atardecer se llenó de cenizas el horizonte. La deducción obvia era que la pluma había torcido hacia Bariloche, pero resultó que era ceniza levantada por el viento. En la panorámica desde la playa del Ñireco se puede ver que sobre la ciudad está menos denso y al fondo y hacia el Norte no se llegan a ver las montañas. Esto hizo que tuviéramos un atardecer muy interesante.
