Cerro Falso Granítico

Cerro Falso Granítico

No suelo subir montañas antes de Noviembre. La razón es simple, suele haber más nieve de la recomendable. Pero tampoco suele haber la suficiente como para justificar cargar raquetas o esquíes, aunque esto depende mucho de qué tan nevador resultó el invierno. Como sea, por lo general en esta época mantengo mis destinos en bajas altitudes.

Pero el domingo pasado hicimos masa crítica con los amigos y subimos a un cerro poco conocido pero que sirve muy bien de entrenamiento. Parte desde el campamento Carilafquen, en lago Mascardi, y sube la primera mitad por un bosque que se quemó en Febrero de 1999. Esto implica un sendero que cambia año a año en la medida que los árboles muertos caen y bloquean el camino. Si bien no es una picada exigente, es recomendable ir con alguien que sepa bien a dónde hay que ir.

Torrentera en gabinete de madera

Torrentera en gabinete de madera

Desde hace tiempo que estaba con ganas de fabricarme una torrentera, una computadora que sirva para descargar y compartir archivos las 24 horas y que no sea el equipo de cabecera. El objetivo era que ocupe poco lugar, consuma poco, fuera estable y silenciosa. Casi nada.

Con este fin compré un mother Mini-ITX con un procesador Intel Atom de dos núcleos, al que le puse un módulo de 2 GB de memoria RAM. Con la idea de hacer algo original busqué alternativas para funcionar como gabinete. Después de varios años boyando sin rumbo, me decidí fabricarlo en madera.

Siendo consciente que el principal problema de toda computadora es el calor y que la madera es un excelente aislante, encaré el diseño directamente pensando en la circulación de aire. Como primera medida desarmé un viejo gabinete metálico para usar el soporte del mother como base de la torrentera.

Como el Mini-ITX ocupa la mitad del espacio, la otra mitad la ocupé con una fuente que desarmé y corté la base.

Los paneles los hice de fibroplus, una madera aglomerada bastante resistente y que tiene un buen acabado exterior.

A ambos lados del gabinete hice una series de agujeros de 5 mm para entrada de aire frío. Para la salida coloqué un ventilador grande que funciona a 220 V y tiene rulemanes. Es silencioso y debería funcionar varios años sin problemas.

Lo último que faltaba era colocar el disco rígido, un SATA de 80 GB que tenía por ahí. No resultó fácil encontrar la manera de colocarlo sin afectar la circulación de aire ni complicar la disposición de los cables. Pero pude hacerlo fabricando un soporte en chapa que cumpliera la doble función de disipar el calor y conducir cualquier carga estática hacia el cable a tierra.

El paso final fue probar la estabilidad estructural y la temperatura. Antes de ponerlo en su lugar final lo tuve un par de días en un espacio abierto, controlando la temperatura a la salida del ventilador. Nunca llegó a sentirse tibio, ni cuando tenía los dos núcleos al 100% durante varias horas al tiempo que copiaba y borraba archivos en el disco. Pasadas estas pruebas lo coloqué en su ubicación actual.

La torrentera corre sobre Ubuntu y Deluge como cliente de torrent. Como extra está el objetivo de usar la torrentera como servidor de Minecraft, aunque hay que ver si el Atom lo soporta.

Caminata invernal a Playa Muñoz

Caminata invernal a Playa Muñoz

El fin de semana pasado salí a caminar con unos amigos. Como somos unos aburguesados faltos de equipamiento invernal, no podíamos apuntar a cualquier montaña. Así que opté por ir a Playa Muñoz por la Picada Eslovena, en laderas del cerro Catedral, bordeando el lago Gutierrez. Mi amigo Arkhos hizo un post al respecto, por lo que iré directamente a algunas de las fotos que saqué.

En el teatro Colón

En el teatro Colón

La semana pasada tuve la suerte de poder entrar por primera vez al Colón, el teatro más importante de la Argentina. Mis escasos viajes a Buenos Aires siempre fueron por pocos días y la prioridad era visitar a los amigos. Las pocas veces que quise ir no había función ni visita guiada. Ahora la mayoría se mudaron a Bariloche y justo coincidió que en el último viaje había una función por lo que pude entrar y conocerlo.

Para los que lo conocen no voy a decir nada nuevo y para los que nunca entraron, tampoco. El lugar es un palacio digno de ser visitado. Es impresionante y tiene tal profusión de detalles de decoración que es imposible no perderse observando una columna, una ventana, una lámpara o los diseños del piso.

La obra a la que fui es «Rinaldo«, de Handel (la entrada en inglés es más completa), una ópera barroca de tres actos. Saqué fotos de la sala antes del primer acto, luego vi el primer acto y durante el segundo estuve paseando por los pasillos. No debía hacerlo, pero no quería dejar pasar la oportunidad. Volví a mi asiento para el tercer acto y así aplaudir como corresponde.

Y por último, a modo de cierre, les dejo la primer foto pero en calidad de 40 megapixeles, lograda a partir de unas 20 fotos en mosaico.