Hoy sucedió lo que algunos consideramos «el peor escenario posible»: lluvia y viento con ceniza mezclada. Por un lado la ceniza pasó rápidamente de arena a un fino polvo, pero en muy baja cantidad, con lo que cayó más agua que barro, que era el principal temor. Esta fuerte lluvia removió buena parte de la arena de las calles dejando surcos por todos lados y complicando bastante la conducción, pero no más que cualquier calle de tierra en invierno. El pronóstico anuncia que esto va a seguir por toda la semana, con lo que independientemente de lo que suceda con el volcán esta situación va a proseguir por estos días.
Anoche, apenas minutos después de publicar mi post, se cortó la luz. Afuera soplaba el viento y caía lluvia con cenizas. Era la medianoche así que nos fuimos a dormir. Nos despertamos como a las 6:30 y todo seguía igual: viento, lluvia y sin luz. A las 10 y media me llamó Fabio que había conseguido lugar para viajar en colectivo, pero que no podía pagarlo. El corte de electricidad continuaba y por lo tanto no había dinero electrónico, solo efectivo. Rápidamente nos movilizamos, lo pasamos a buscar y recorrimos calles notablemente embarradas hasta mi casa materna a buscar algo de dinero para prestarle. En una clásica situación de Ley de Murphy, cuando regresamos a la Terminal había vuelto la luz y así Fabio pudo pagar con tarjeta. Mientras tanto Mariana y yo nos internamos en un supermercado. Después invitamos a Fabio almorzar, charla de sobremesa y a la tarde lo llevé a la Terminal. Espero que tenga un buen viaje, con más interesantes historias por contar.
En cuanto a los que quedamos aquí, estos últimos días y en especial hoy han dejado algunas cuestiones para discutir:
Alternativas aéreas: al igual que hace tres años con el Chaitén, la primer víctima de la erupción volcánica fue el sistema aéreo. Ante el panorama de cierre de los cielos las aerolíneas plantearon dos posibilidades. Aerolíneas puso colectivos de larga distancia para sus pasajeros, mientras que LAN convirtió los pasajes en vuelos abiertos. Mi amigo Fabio tuvo que pagar el pasaje de colectivo y ahora tiene un pasaje aéreo disponible para un viaje que no tiene pensado hacer. Si bien la actitud de Aerolíneas es loable, tengamos en cuenta de que es propiedad del Estado y que se la subvenciona entre todos los argentinos, por lo que esta movida la pagamos entre todos. Llegado a ese caso, bien podrían subvencionar los colectivos para los pasajeros de LAN y así no hacer competencia desleal.
Electricidad: cuando cae nieve, se corta la luz. Cuando el viento sopla muy fuerte, se corta la luz. Cuando cae ceniza, se corta la luz. Es ya evidente que el verdadero talon de Aquiles de Bariloche es la red eléctrica. El principal problema en estos tres casos son las líneas aéreas, ya sea por el peso de la nieve, las ramas de los árboles o la conductividad de la ceniza. ¿La solución? Un viejo conocido: hacer la red subterránea, por lo menos la red de alta y media tensión, además de los transformadores. Si bien lo ideal es que toda la red esté bajo tierra, con la media tensión se garantiza más estabilidad y seguridad. ¿Costoso? Sí, ¿pero cuál es el costo de perder las bombas de agua, heladeras, equipos de salud, cortes de cables, postes quebrados y todos los problemas que hay hoy?
Dinero electrónico: para los agoreros del fin del billete de papel, sepan que sin electricidad el dinero electrónico no sirve. El débito y crédito muy lindo, pero por las dudas siempre conviene tener unos billetes cerca. Más en situaciones de emergencia como ésta.
Celulares y teléfonos fijos: el sábado la red de celulares colapsó. ¿Saben qué no colapsó? La red de telefonía fija. Lo mismo esta mañana que con apagón generalizado solo andaban los celulares y también la red fija. Sí, para los agoreros de la comunicación inalámbrica, les cuento que en situaciones de emergencia, tener una línea fija puede llegar a ser la única comunicación que nos queda.
Antenas satelitales: las conexiones satelitales muy lindas, pero con la ceniza todas las antenas dejaron de funcionar y eso se llevó unas cuantas comunicaciones, principalmente televisión y redes bancarias. ¿Qué quedó funcionando? Internet, que funciona por fibra óptica que, sorpresa, está bajo tierra. Pero no hay que esperar a que explote un volcán para que las antenas dejen de funcionar. En cada nevada importante sucede lo mismo. Considerando que tenemos unas dos o tres nevadas al año que se corta, no hay que descuidar el backup que son los cables de fibra óptica.
Sobre la actitud de la gente en los supermercados, hoy pude ver con mis ojos lo que me fueron contando de otros supermercados en el resto de la ciudad. La gente vació las góndolas de agua, pero dejaban la soda y las gaseosas, como si no fueran también líquidos para hidratarse. También se llevaron las galletas de agua (Criollitas, Desayuno, Express) pero dejaron el resto de las galletas. Otra góndola vacía era del aceite, que tiene sentido porque sirve para hacer mucho. Se llevaron el atun en lata, razonable, pero ninguna otra conserva. Y en cuanto a las pilas no quedaba casi ninguna, apenas algunas AAA y las recargables, que en el caso de las Duracell confundían mucho a la gente.
Para terminar el post, algunas fotos de hoy: