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Categoría: Personales

Cuando el juego es cambiar las reglas sin avisar

Cuando el juego es cambiar las reglas sin avisar

Tal vez muchos no lo sepan, pero en Argentina hay cosas que son imposibles de conseguir o con precios abusivos. La alternativa en la mayoría de las veces es comprar algo de menor calidad, usualmente también con precios abusivos. Para evitar suelo comprar cosas en el extranjero. Antes de tener una tarjeta de crédito internacional tenía que pedirle a alguien que viajara que me consiguiera lo que buscaba, lo compraba y le pagaba cuando llegaba. Así logré conseguir mi GPS en 2002, que fue una inversión laboral en plena crisis económica.

Cuando las cosas mejoraron un poco y pude tener una tarjeta de crédito internacional el proceso se simplificó un poco, pudiendo comprar yo por Internet y enviando las cosas a la casa de algún familiar que estuviera en Estados Unidos o, como hice varias veces, enviándome directamente a mi casa pagando los derechos aduaneros. Las cosas que compré siempre fueron pequeñas: accesorios fotográficos en su mayor parte y algún repuesto raro para el auto.

Hace unos años aparecieron los sitios web de China, que simplificaron muchísimo las compras. Así pude hacerme de un interesante stock de insumos de electrónica para mis delirios desarrollos. Pero aun así necesitaba comprar en EEUU artículos de calidad, algo que China no garantiza. Como me quedé sin alguien que recibiera en EEUU y los costos del envío directo se volvieron abusivos, en especial porque cobran impuestos sobre todo el envío y no solo de los productos, tuve que buscar una alternativa.

Así fue que llegué a Puntomio, una empresa con sede en Miami que con un registro simple te dan una dirección física en Miami para comprar y enviar dentro de EEUU, aprovechando los bajos costos de correo dentro del país. Una vez que ellos recepcionan lo envían a Argentina, haciendo también los trámites de aduana, y el producto llega a la casa. Este año hice dos compras con este método y funcionó muy bien. Compré algunas cosas pospuestas por años, dividiéndolas en tres compras entre Octubre y Diciembre. La primera, en Octubre, salió bien y entonces encaré las siguientes.

Y en medio me cambiaron las reglas de juego.

Era bien sabido que iban a aumentar el adelanto de ganancias del 20% a algún número cercano al 40%. Terminó siendo del 35%, lo que era previsto. Pero resulta que en medio aplicaron otras medidas que no avisaron. Yo todavía estaba esperando mi envío de Noviembre cuando llegó Diciembre y quería hacer el tercer y último pedido, éste con los regalos de Navidad. Cuando pregunté el viernes pasado qué sucedía que las cosas no llegaban, me respondieron con un e-mail que reproduce el siguiente texto, que se encuentra apenas uno entra a Puntomio desde Argentina:

Estimado cliente/a,

En adición al 35% de impuesto a las compras por Internet.  El 18 de Noviembre el Gobierno Argentino, realizo los siguientes cambios en el proceso del manejo de estas compras:

  1. El servicio de puerta a puerta ha sido suspendido
  2. Los envíos de compras de Internet están siendo derivados a el area de Carga General en Ezeiza. Esto significa que las compras necesitan una entrada formal comercial al país convirtiendo los envíos en importaciones. Esto implica que la persona natural que realizo la compra es catalogado como un importador.
  3. Todas las compañías de courier se ven obligadas a preparar documentación adicional para poder ingresar el paquete en el area de carga general, esto tiene un costo de USD 54.45, cobrados al cambio oficial del día, en adición a un cargo adicional de 98 pesos.
  4. Con esta guia, el cliente final tiene que apersonarse a la zona de aduanas en Ezeiza donde tiene que demostrar que es un importador registrado con la AFIP.
  5. Dependiendo del producto, aduanas puede solicitar un Certificado de Origen que tiene que ser preparado por el establecimiento donde se compro el articulo. Esto es imposible de obtener de las tiendas en EEUU.
  6. Igualmente, dependiendo del producto, aduanas puede solicitar la intervención del Organismo Publico que rija dicha categoría.

Debido a estos cambios y para evitar que sus paquetes se queden retenidos en aduanas o en nuestras oficinas en Miami sin poder ser despachados nos vemos en la necesidad de cesar operaciones en Argentina hasta que estos cambios sean revertidos al proceso anterior al 18 de Noviembre.

Para los paquetes que están aun retenidos en Miami, les podemos ofrecer el retorno a la tienda de compra para que puedan solicitar un reembolso a la tarjeta de crédito, sin embargo, para poder ofrecer este servicio necesitamos que el cliente se comunique con la tienda y solicite un RMA (autorización de retorno) para que PuntoMio pueda hacer la devolución por usted sin costo adicional. Una vez conseguida esta autorización favor de escanear y enviar a info@puntomio.com. Sin este número de RMA, la tienda no les realizara el reembolso a la tarjeta de crédito.

Así mismo, efectivo el día Lunes 9 de Diciembre comenzaremos a rechazar los paquetes que lleguen por UPS, FEDEX, DHL o cualquier otra compañía de courier, esto les permitirá solicitar el crédito a la tienda sin incurrir en costos extras. Necesitamos hacer la salvedad que debido al volumen diario de paquetes recibidos, existe la posibilidad que no podamos rechazar el 100% de los paquetes.

Los paquetes enviados a través del correo de los Estados Unidos no pueden ser rechazados porque la forma de entrega del correo no es paquete por paquete como los couriers, sino de forma masiva y no tenemos como filtrar los paquetes destinados a Argentina.

Nada nos apena mas que enviar este comunicado, pero los cambios gubernamentales han bloqueado cualquier alternativa que hubiéramos podido utilizar para hacerles llegar sus compras.

Les agradecemos de antemano su infinita comprensión.

Atentamente,

Sabi Pflucker

Directora de Operaciones Internacionales

PuntoMio

Cuando me puse a averiguar y sacar cuentas para devolver las cosas surgieron tres cosas:
– En el paquete de Noviembre hay un item en el que ya pasaron los 30 días para devolverlo. O sea pérdida completa.
– En la devolución me devuelven el costo del producto, pero no del correo.
– El adelanto de ganancias, 20% para el paquete de Noviembre, 35% para el de Diciembre, tampoco me lo van a devolver (soy realista, ese impuesto no se devuelve a menos que tengas un contador que te haga los trámites y sea un adalid de paciencia y persistencia).

Esto me provoca mucha bronca, pero también mucha tristeza por un cuarto detalle: había encontrado regalos de Navidad que iban a ser excelentes sorpresas, no por ser caros sino por ser obsequios precisos.

Para ir cerrando el post, de momento, les cuento que estoy viendo la posibilidad de que en vez de devolver las cosas las envíen a algún familiar en otro país. Así podré tener las cosas, aunque no antes de Navidad, y de esa manera reducir las pérdidas.

En venta el libro «Flores de Patagonia»

En venta el libro «Flores de Patagonia»

Finalmente, después de varios meses de variado trajín, pude imprimir la primer tanda de ejemplares del libro «Flores de Patagonia», que presenté hace unos meses en la 2da Feria del Libro Libre.

El libro tiene 80 páginas con un tamaño de 27×21 cm. Está impreso con laser sobre papel ilustración de 150 gramos. Si bien los ejemplares fueron hechos en una imprenta digital, la impresión es bastante artesanal, son pocos ejemplares y por lo tanto los costos son importantes. El precio de venta es de $250 (pesos doscientos cincuenta) y cada ejemplar está numerado. Haré envíos a todo Argentina, en principio por OCA a menos que prefieran por otro correo.

Tal como lo había prometido, el libro está disponible gratis en PDF para descargar y ver si les interesa. Es de menor calidad para que tenga un tamaño aceptable y por eso al imprimirlo no quedará igual que la versión impresa.

Versión PDF (11 MB)

Para pedir más información me pueden escribir a mi dirección de correo

Actualización 2021:
He puesto a la venta un grupo de ejemplares que tienen un error de tipeo en el lomo. Dice «Patatagonia» en vez de «Patagonia» y me sigue causando gracia después de tantos años. Es lo único diferente a la edición «normal», el resto del libro tiene la misma presentación y calidad.

El valor del ejemplar está en $1000 y se puede pagar por MercadoPago con envío a domicilio.

La pequeña odisea de comprar un auto

La pequeña odisea de comprar un auto

Entre fines del año pasado y principios de este me di cuenta, muy a mi pesar, que el sueño de la vivienda propia sería eso, un sueño. Al cortarse la posibilidad de ahorrar en dólares y con la inflación que tenemos, juntando los pocos pesos que me sobran por mes tardaría décadas en tener lo suficiente para pagar un anticipo. Eso si la economía se mantuviera estable, con inflación y todo. Apostar por un plan de vivienda es una pérdida de tiempo porque no soy lo suficientemente pobre y por una cooperativa ya lo hice un año antes y se disolvió todo después de las elecciones.

Con unos pocos pesos ahorrados y sin querer «quemarlos» en mero consumismo, decidimos con mi mujer apostar a algo más tangible y más seguro que solo meter la plata en un banco. En pleno invierno, y habiendo cobrado una antigua deuda, empecé a recorrer concesionarios de autos, buscando algo que pudiera comprar. Las alternativas eran un Volkswagen Gol o un Renault Clio. Decantamos por el primero porque nos tomaban un auto usado en parte de pago, algo que resultaba imprescindible para no tener que caer en un plan de ahorro previo.

Entre una cosa y otra, a fines de Septiembre caimos en Fiorasi y Corradi, el concesionario oficial Volkswagen en Bariloche. Ahí firmamos los primeros papeles e hicimos una seña de un par de miles de pesos. Unos días después firmé los papeles para solicitar el crédito en el banco y el vendedor nos aseguró que en dos o tres semanas tendríamos nuestro auto.

Dilaciones

Una semana después llamé a la concesionaria para preguntar qué había pasado y el vendedor me respondió que el banco había preaprobado el crédito así que cuando tuvieran los papeles me llamarían para firmar los formularios. Mientras tanto fuimos haciendo los papeles para entregar el usado, saldar una deuda de patente, etc. Pasó otra semana y no tuvimos noticias. Cuando pasé resultó que el vendedor se había tomado una licencia y nadie, absolutamente nadie, sabía sobre el estado de mi trámite. Insistimos y para fines de Octubre, exactamente a un mes de iniciado el trámite, deposité el anticipo y firmé el crédito del banco. Me aseguraron que en una semana me estaría yendo en mi auto nuevo que ya estaba en camino.

Ahí fue cuando empezó lo feo.

Desde ese preciso momento y por las siguientes tres semanas nos tuvieron dando vueltas con el trámite, postergando la entrega del auto con la excusa de que el banco no aprobaba el crédito. Primero pidieron un recibo pagado de un servicio a mi nombre. Lo llevé y lo fotocopiaron, solo para que varios días después me lo vuelvan a pedir porque el banco quería unos datos que habían ocultados en la fotocopia. Después de eso hubo otra semana de silencio hasta que llamé y me dijeron que el banco desconfiaba de la fotocopia del DNI y exigía una cédula, un pasaporte o acta de nacimiento. Cuando pregunté qué no le gustaba del DNI la respuesta fue que estaba borroso un sello. Sí, lo está desde que me hicieron el documento hace 19 años. Con ese documento salí del país varias veces, solicité créditos, me inscribí en la DGI, saqué cuentas de banco, viajé por todo el país, tramité muchos otros documentos. Pero al banco Santander Rio no le gustaba el sello.

Ante cada una de estas nuevas exigencias la respuesta de Fiorasi era «es solo un papel más y en una semana se llevan el auto». Con lo del DNI fuimos con el ultimátum de que si había algo más del banco, en una semana nos llevábamos el dinero. Para ese entonces trastabillaba mi salud física y la salud mental de mi esposa y la mia. Una semana después, oh, sorpresa, el banco había aprobado el trámite. Pero también que el trámite demoraría «una semana más y se llevan el auto». Esta vez fue en serio y para fines de Noviembre, nos fuimos con el auto.

Reflexiones

Varias veces llegué a lamentar profundamente haberme decidido por comprar un auto. Bien podría haber quemado la plata en equipo fotográfico, en una computadora nueva, en arreglar a fondo mi auto y/o en viajar. Fue gracias a mi esposa que agarraba el sable y salía a querer rebanar vendedores de autos que seguimos con toda la historia. Al final dos meses no fueron mucho tiempo, pero nos habrían ahorrado muchos disgustos si de entrada nos hubieran dicho «el trámite dura un mes, pero por ahí se puede estirar hasta dos meses».

Con las vueltas que dio el banco, las sospechas que me han hecho llegar entre familiares y amigos conducen a que el mismo «aguanta» todo lo que puede el dinero para hacerlo trabajar. Con las excusas que dieron ciertamente es una sospecha plausible y me da mucha bronca pensar que esto pueda ser así. Porque si en vez de depositar el dinero me lo hubiera quedado durante este mes habría pasado una de dos cosas: lo hubiera puesto en un plazo fijo, con lo que habría obtenido una ganancia de unos 200 pesos; o lo habría invertido en imprimir ejemplares de mi libro de flores con lo que habría obtenido una ganancia de unos 500 pesos solo con la lista de espera que tengo. En cambio, si el banco usó mi dinero para prestarlo, en este mes y considerando las tasas que aplican habrán hecho unos 400 pesos. No es mucho, pero consideremos la cantidad de personas que estarán en una situación similar y veremos que es un afano.

Pero indagando por ahí las cosas se ven más confusas aún. Hace unos meses la concesionaria entregaba los autos en tiempo y forma. Los últimos meses han sido cada vez peor. Culpo a Murphy y sus leyes. La pregunta es ¿culpa de Fiorasi, de Volkswagen o de ambos? Por cada cinco personas con las que hablamos, en su mayoría clientes recientes, recibimos unas siete interpretaciones distintas. ¿Desorden? ¿En este país? ¿En este momento?

Como sea, ya tenemos el auto nuevo. Por los próximos años que pagaré el crédito no sentiré que estoy tirando el dinero ni perdiendo ante la inflación porque al menos lo estaré usando y llegado el caso podré recuperar la inversión con una pérdida menor que guardar el dinero en un banco. Sigo con el sueño de la casa propia. Tal vez en dos o tres décadas.

En el teatro Colón

En el teatro Colón

La semana pasada tuve la suerte de poder entrar por primera vez al Colón, el teatro más importante de la Argentina. Mis escasos viajes a Buenos Aires siempre fueron por pocos días y la prioridad era visitar a los amigos. Las pocas veces que quise ir no había función ni visita guiada. Ahora la mayoría se mudaron a Bariloche y justo coincidió que en el último viaje había una función por lo que pude entrar y conocerlo.

Para los que lo conocen no voy a decir nada nuevo y para los que nunca entraron, tampoco. El lugar es un palacio digno de ser visitado. Es impresionante y tiene tal profusión de detalles de decoración que es imposible no perderse observando una columna, una ventana, una lámpara o los diseños del piso.

La obra a la que fui es «Rinaldo«, de Handel (la entrada en inglés es más completa), una ópera barroca de tres actos. Saqué fotos de la sala antes del primer acto, luego vi el primer acto y durante el segundo estuve paseando por los pasillos. No debía hacerlo, pero no quería dejar pasar la oportunidad. Volví a mi asiento para el tercer acto y así aplaudir como corresponde.

Y por último, a modo de cierre, les dejo la primer foto pero en calidad de 40 megapixeles, lograda a partir de unas 20 fotos en mosaico.