La avenida Bustillo, también ruta nacional 237, es una arteria transitada cuya infraestructura no cambió en los últimos 27 años (los que mi memoria recuerda) más allá de tener una mejor iluminación y un solo derivador de tránsito en un cruce de tráfico medio. En mi niñez la iluminación era por luces blancas y hasta el kilómetro 4. Desde ahí hasta Llao LLao era la noche oscura. Desde 1980 hasta ahora se cambiaron las luces por las naranjas (que emiten más luz con menos consumo eléctrico), se iluminó hasta Llao Llao y se construyó el derivador de la calle Lagos del Sur, en el kilómetro 3. La ciudad duplicó la población y la cantidad de autos, pero no se hizo ninguna obra más.
El pasado lunes 5 de Marzo tuvimos un violento accidente con una persona fallecida y dos más en estado grave. Hace un mes y medio un ciclista falleció y así podemos seguir retrocediendo y contando muertos. En casi todos los casos la culpa la tiene algún automóvil yendo a gran velocidad, pero en una gran cantidad de casos se combinan maniobras sorpresivas de gente que iba despacio o malas reacciones ante eventos inesperados como que se caiga una rueda de la calzada. La infraestructura está en un estado deficitario y hace falta ponerse al día de manera urgente.
De soluciones podemos hablar largo y tendido. Sí, sería ideal una avenida tipo boulevard con el estilo de la 12 de Octubre como una vez se planteó, pero el costo de algo así es ilusorio. Lo mismo que la idea de convertirla en una avenida de cuatro carriles cuando en algunos tramos solo hay espacio para los dos carriles actuales y un poco de banquinas. Las propiedades privadas han avanzado sobre la ruta de manera desigual y es así que en algunos tramos tenemos anchos de 50 metros (Km 13) y en otros apenas 12 metros (Km 1.5). Soluciones hay varias, pero para empezar por hacer algo, de una buena vez, habría que pavimentar las banquinas y hacer derivadores y rotondas donde se necesite y donde se pueda hacer.
Banquinas: pavimentando las banquinas con una sola capa de asfalto se puede mejorar sensiblemente la estética, la funcionalidad y en especial la seguridad de la ruta. Con una sola capa, de menor costo, tendremos espacio para que peatones y ciclistas puedan transitar sin aquejar piedras y pozos. Se evitaría además del brusco escalón que hay en muchas partes del camino, la erosión de este borde y el acceso de piedras a la calzada. Las piedras cuando son mordidas por las ruedas resultan en un verdadero peligro para las personas. La combinación de agua y piedras son altamente erosivas del pavimento y es una de las causas por las que dura tan poco tiempo.
Calzada: en los lugares más anchos sería una buena idea hacer un tercer carril al centro, como existe en muchas rutas europeas. Los carriles habituales se encuentran separados por un espacio libre central del ancho de un auto. Este espacio permite el sobrepaso de autos más lentos o, mejor aún, la posibilidad de detenerse en el centro de la calzada para cruzar a la izquierda, simulando un derivador. Hay que aclarar de antemano para qué se va a usar este espacio no vaya a ser que un auto que esté sobrepasando a otro se encuentre con uno detenido para cruzar.
Rotondas: las rotondas son más prácticas que los derivadores porque permiten un flujo más continuo del tránsito. Pero en la Bustillo no hay mucho espacio para rotondas salvo en el cruce del Km 9, en el desvío a Catedral. De hecho en la última repavimentación de la ruta se pavimentó un largo tramo de la calzada que desde entonces espera al menos a un derivador.
Derivadores: estos no debería faltar en ningún cruce transitado. Es una vergüenza que el único que está sea el de Lagos del Sur, un desvío que no tiene la carga de Boock, Furman o Nilpi (y ni hablemos de Catedral). En estas avenidas de alto tránsito deberían hacerse YA, AHORA MISMO, y no seguir postergando estas maniobras. Claro, en el acceso a Boock hay una bajada de autos a una casa particular y prácticamente no hay espacio para maniobrar, pero no es así en los otros accesos. Mientras negociamos Boock, que se hagan los otros.
Entradas a las calles: deberían pavimentar al menos los primeros 10 metros de cada calle que entra, cosa que entrar o salir de esas calles no sea una maniobra peligrosa por el escalón que hay que sortear al subir o bajar de la calzada. Una causa de disgusto y maniobras violentas es cuando un coche se tiene que prácticamente detener sobre la calzada para bajar esos 5 a 10 centímetros y encarar una calle llena de pozos. Y para acceder a la ruta que hay que subir esos 5 o 10 centíemtros acelerando sobre la tierra y el barro, erosionando la calle y llenando de piedras a todo lo que se encuentre detrás.
Señalización: hay que sacar todos los carteles menos los de «Mínima 40 – Máxima 60» y poner todos de nuevo, empezando por hacer una señalización clara de los kilómetros, los accesos a los barrios y las distancias (tipo «Melipal por Boock a 100 metros»). No olvidemos que es una ruta muy transitada por turistas que no conocen la ciudad. Y algo que es fundamental y es tener correctamente pintada la calzada, nada de andar adivinando las líneas blancas y amarillas. Si hace falta que se pinte una o dos veces por año. Que sea parte del presupuesto anual de Viarse o la Municipalidad.
Esta lista de sugerencias no va a solucionar los problemas de la ruta ni evitará todos los accidentes, pero al menos nos hará menos problemático el tránsito a los locales y los turistas y podremos dedicarnos más a hacer cumplir las leyes y respetar las normas.