Después de una semana dedicado a otros temas, y cerrando la semana 16 de la erupción, me pongo a comentar algunas notas que salieron en diario Río Negro los últimos días:

Arribó el primer vuelo de Aerolíneas. Todos se anotaron la «victoria» aunque me han contado, por buenas fuentes, que esto ocurre porque Nación dejó de subsidiar a los colectivos que iban y volvían del aeropuerto de Esquel. No fueron logros de gestión, que el aeropuerto esté operable (lo está desde Julio) o que el volcán se apagó, sino por dinero. No sorprende.

Algo que preocupa y que merecerá estar atentos es a una millonaria contratación para limpiar cenizas en los senderos del Parque Nacional Nahuel Huapi. Está bien que hay que limpiar las pasarelas, ¿pero plantear el «lavado de las especies existentes en el sendero»? ¡¿Ehhhh?! Esto es tener ganas de tirar dinero, otra explicación no hay. ¡Los árboles se lavan solos!

Y para cerrar con el delirio, Proponen construir nuevo aeropuerto en Bariloche. Es el gran WTF de las últimas semanas. ¿Qué clase de gobernador podríamos tener si su solución a que los aviones no aterrizan en Bariloche, es construir otro aeropuerto? Clásico-clásico comentario de campaña, decir una terrible burrada total en una semana nadie se va a acordar. Más allá del sospechoso negociado porque el lugar propuesto son tierras de Lewis, en lo puramente técnico tampoco podría funcionar. En esa zona la pista tendría una orientación Norte-Sur y eso implica que los aviones tengan viento cruzado… casi siempre. El aeropuerto de Bariloche está en el mejor lugar posible en más de 60 km a la redonda. Que los aviones no puedan aterrizar actualmente no es un problema del aeropuerto sino que las autoridades no tienen (ni planean tener) sistemas de medición de cenizas para dar luz verde a los vuelos.
Y para sumar otro argumento, nada garantiza que un segundo aeropuerto nos salve de las cenizas, sabiendo que hay muchos volcanes más en Chile y cualquiera podría cubrir de cenizas el cielo por mucho tiempo.