Después de un par de días con la pluma encima y en medio de la bruma, a la tarde llegó una tormenta pronosticada y otra vez el agua aplacó el polvo. Antes cada lluvia era vista como una molestia, en especial llegando la primavera que ya queríamos días de Sol y calor. Pero con la ceniza se ha dado vuelta y ahora el Sol y el calor secan el polvo y al cabo de un par de días el ambiente se pone muy molesto. Entonces la lluvia llega y significa un alivio. Unos cuantos están deseando que el verano sea más bien llovedor. Otros simplemente emigraremos a latitudes menos cenicientas, por fortuna alcanza con unos 40-50 kilómetros al Sur.