Hoy la pluma se nos vino encima y estuvimos casi todo el día y anochecer metidos en la niebla seca. El panorama, de todas maneras, difiere mucho de lo que fue los primeros días. La pluma ya no es una nube bien definida sino que se mezcla con las nubes de agua y se diferencian por las tonalidades, como se ve en la foto:

Las nubes de agua son mas bien redondeadas y tirando a blanco, mientras que la ceniza se esparce de forma irregular, como en lenguas, de un gris neutro y opaco.

Estando metidos en la nube la visibilidad varía por momentos. Habían ratos en los que no se veía a 500 metros y en otros se llegaban a ver la península San Pedro e Isla Victoria, aunque muy tenues.

Como la ceniza ahora parece una niebla, la diferencia más notable es que después de unos minutos se siente un leve ardor en los ojos y principalmente se siente la garganta seca, provocando el reflejo de toser que, en mi experiencia personal, solo empeora las cosas.