Erupción del volcán Puyehue – Día 21
Como el clima está de lo más benigno y desvió la pluma hacia el norte, aprovecho para poner unas fotos de la Línea Sur. El fin de semana pasado Mariana viajó a Comallo donde viven sus padres y me permitió publicar algunas de las muchas fotos que sacó allá.
El pueblo de Comallo se encuentra sobre la Ruta Nacional 23, a unos 100 kilómetros de Bariloche, en plena estepa patagónica. Los padres de Mariana viven a 5 kilómetros antes del pueblo, cerca del puente sobre el arroyo Comallo. En el segundo día de la erupción recibieron el impacto de la pluma y desde entonces ha caído ceniza en polvo de manera bastante regular, quedando cubierto todo de un fino talco. Mientras nosotros en Bariloche barremos la arena y las lluvias regulares mantienen el polvo bajo relativo control, allá no ha llovido un solo día por lo que cualquier movimiento levanta polvo.
El padre de Mariana tiene algunas ovejas y cuando carneó una encontró los pulmones totalmente negros por la ceniza aspirada. Es una pequeña muestra de lo que están viviendo cientos de miles de cabezas de ganado y de muchos más animales silvestres. No solo la comida y el agua les resulta más complicado de conseguir, sino que además respiran un aire que los sofoca y que eventualmente matará por asfixia a unos cuantos. Mariana me contó, además, que en toda la ruta abundan los carroñeros que en su desesperación por la comida apenas se apartan del camino cuando pasan los vehículos.
El padre de Mariana está económicamente bien y recibió del Gobierno unos fardos de pasto con los que podrá alimentar a sus ovejas. Pero diferente es la realidad de miles de productores repartidos en los rincones más apartados, a los que las ayudas tardarán más en llegar y con menor frecuencia. Es nuestra labor perseverar en esto para que no sean ignorados ni olvidados y así puedan resistir lo mejor posible a las consecuencias de la erupción volcánica.