Detalles que dan que pensar
El otro día tuve el raro privilegio de tener en mis manos un pasaje del Cruce de Los Lagos que, lamento, no era para mi. En la contratapa del pasaje hay un bello (y geográficamente preciso) dibujo describiendo el trayecto.
Pero un detalle me llamó la atención. En la barra de abajo se muestran el vehículo utilizado (ómnibus o barco), las distancias de los tramos y el tiempo que demora recorrerlos. En el primer tramo vi ésto:
Ahora mi pregunta: ¿los 25 Kilómetros de la avenida Bustillo en solo 30 minutos? Si lo pensamos, no está mal. Las velocidades mínima y máxima son de 40 a 60 Km/h, respectivamente. Un promedio de 50 Km/h para el viaje se encuentra totalmente dentro de la legalidad.
Pero seamos realistas. ¿Quién puede, en plena temporada, en horarios de alto tráfico y con un colectivo, recorrer esa avenida en solo 30 minutos? Si la avenida estuviera vacía y fuera menos trabada, se podría. Pero no es así, hay autos, subidas, bajadas y curvas cerradas, todos elementos que obligan a disminuir la velocidad.
Lo grave de esto es que el chofer de ese colectivo está obligado a respetar ese viaje de 30 minutos. ¿Y qué hace entonces? Acelera donde puede y donde no, comete infracciones. Está presionado de tal manera que antepone su probable precaria situación laboral que la seguridad en una ruta estrecha, muy dañada y llena de autos, bicicletas y peatones. Y ahora que estamos todos quejándonos del tráfico desquiciado y de cómo manejamos rápido… ¿por qué no nos detenemos un momento a ver qué presiones de tiempos hay sobre los choferes de colectivos y camionetas, como para empezar a aplacar los ánimos por algún lado?
Un comentario sobre “Detalles que dan que pensar”
recuerdo un viaje casi de clasificación con mi viejo desde el 12,6 al 5,9 en unos 6-7 minutos a las 2AM porque había sonado la alarma, recuerdo mucho ese viaje, jejeje, fue realmente impresionante hacer esa ruta agarrando las curvas por la cuerda correspondiente, sin importar nada porque era baja temporada, pero bueno, era un caso de urgencia (al final apenas habían intentado robar el negocio)